Bicentenario y Estiércol
A las 10:37 AM del 15 de septiembre de 1821 en el Real Palacio de la ciudad de Guatemala —imagen adjunta—, se firmaba el acta de independencia de Centroamérica.
A un costado del edificio, apenas cerca de la entrada, entre algunos caballos de los visitantes y el estercolero propio de la estadía ecuestre, yacía un parroquiano descargando su vejiga; tal cual era la costumbre en el pueblo, ya que el inodoro —el inodoro moderno— a pesar de haber sido patentado unos 50 años atrás, aun no llegaba a Guatemala, menos aún al resto de provincias (menos a Comayagua).
Evidentemente, no hubo protocolos por lo menos apropiados para tan significativo evento. De todas formas, el parroquiano miccionante y el resto de personas en la región, apenas estaban al tanto de las cosas. Como cualquier otro día, el Real Palacio olía a desechos animales y humanos.
Hoy, 200 años después, los palacios representativos de cada país centroamericano, —unos más otros menos— huelen parecido… o quizá peor. Y los ciudadanos aportan lo suyo desde afuera miccionando cerca de ellos… como si nada, como si el tiempo no hubiese pasado, como si aún no se enterasen de nada.
El dicho reza que "la civilización es la distancia que los humanos ponen entre ellos y sus excrementos".
(en la fotografía: un parroquiano de Tegucigalpa, evacua sin inhibición en un recoveco del Palacio de Hacienda)
Relato alegórico en relación a la efeméride centroamericana
W.Cruzant
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