top of page

“Cuando Calienta el Sol”


La conocida melodía vuelta famosa por el icónico intérprete mexicano Luis Miguel —desempolvado para cercanas generaciones por la serie televisiva— es atribuida al mismo. Casi nadie la asocia con el Trio Hermanos Rigual (en la imagen de portada). Famosa agrupación cubana de finales de los 40s, artistas exclusivos de CMQ (red cubana de radio y televisión), quienes la interpretaron y la hicieron también famosa en aquella década. Pero más allá, y aún menos; nadie asocia la canción con Rafael Gastón Pérez, talentoso y destacado músico nicaragüense quien fuera realmente el compositor de la misma.

Así es señores, un nicaragüense del barrio El Calvario de Managua nacido en 1917 fue el creador de esta melodía que en principio compuso bajo el nombre de “Cuando Calienta el Sol en Masachapa” —admitamos que el nombre original no tenía tanto glamour— inspirada en una playa del municipio de San Rafael de Sur (donde desemboca el río Masachapa), ubicado en el departamento de Managua.

[…]

Esta mañana con el ánimo de hacer conversación con el barbero —un cliché sano. Si acaso la contradicción es permitida— le comentaba: —“Se murió Suazo Córdoba ¿vaá?”

— ¿Quién? —Respondió extrañado—

— Suazo Córdoba —le repetí consiente de que el sonido de la maquinilla de afeitar no permitía un buen audio—

— ¿Quién es, algún cantante famoso? —Me dijo—

No pude evitar reír, y a continuación le expliqué de quien se trataba. 30 años tendría esta persona y desconocía a este singular personaje de nuestra historia política.

[…]

Es así como somos. Para comenzar, olvidamos muy rápido. Y esta condición —que se ha agudizado en el hombre luego que la tradición oral desapareciera— es la que permite a muchos, generalmente con intenciones ocultas, manipular a las masas cada vez más miopes que apenas logran ver un par de década atrás o a veces menos.

Lo hacen algunos artistas como en el caso citado al inicio, (aun y cuando sea legal y se paguen los derechos) cuando la gente cree fielmente que la canción era del famoso intérprete, ni la disquera ni los medios estaban preocupados por dar el crédito al compositor. Lo cual es inconveniente, comercialmente hablando.

Lo hacen algunas familias, que ignorando la historia de sus antepasados —muchas veces porque simplemente no se crearon registros familiares— no logran superar las condiciones de miseria económica o de miseria humana, sencillamente porque deciden ignorar los errores de sus padres, abuelos y demás. Pasando por alto que cada individuo del pasado de la familia es una lección de vida que convendrá emular o evitar.

Lo hacen algunos predicadores contemporáneos, que extraen de las Sagradas Escrituras pensamientos y verdades maravillosas, que —aunque todos deberían entender, son inspiración divina de numerosos autores y al final crédito absoluto del Creador— en suma, nutren su prestigio de líderes carismáticos y refuerzan el apego de sus seguidores hacia ellos y no a quien realmente lo merece. A Jesucristo (en el caso delos cristianos). Haciendo con ello que la gente se olvide del propósito de su convicción y se enfoque en esfuerzos periféricos que no transforman.

Lo hacen los políticos, estos con intenciones aún más maquiavélicas. Nos presentan ideas “novedosas” que sus gobiernos (patronales, municipales o nacionales) han de desarrollar y reclaman el mérito de innovación que no merecen en lo absoluto. Lo hacen cuando aplican medidas de coerción, de austeridad, de represión, de manipulación mediática, de orden financiero, social, turístico. etc. Si hay algo que nuestros gobiernos bananeros no tienen, es creatividad o innovación.

Es así que las personas, al no conocer que lo propuesto es solo una copia no miden, no anticipan, no razonan. Lo de Venezuela, lo de Cuba, lo de Argentina, lo de Nicaragua, incluso lo de Honduras… no es nada nuevo. La historia lo ha registrado en más de una ocasión y la misma historia determina donde acaban estos fenómenos políticos.

Es por ello que el compromiso de revisar la historia no es solo un esfuerzo académico. No pertenece, o no debería pertenecer a una pequeña élite de intelectuales. No debería mirarse con desdén en los centros de enseñanza, pues se trata de lecciones del pasado que anticipan el futuro. Eso sí, no vista la historia de una manera romántica y ultra-nacionalista como nos la suelen enseñar. Ni vista solo como hechos cronológicos que al final no enseñan nada. No. Vista más bien desde un enfoque analítico, contrastado con la realidad actual. Esto a la vez, permitirá filtrar la historia que vale la pena recordar y la que no.

No obstante lo anterior, parece que para las masas a veces es más conveniente o más cómodo simplemente olvidar e ignorar. Qué pena.

Un abrazo de Navidad para todos.

Att. Wilmer Cruzant

  • Facebook Black Round
  • Google+ Black Round
  • Tumblr Black Round
bottom of page