¿Terminó Semana Santa?
Hoy (más bien ayer) se ha conmemorado para los cristianos la pascua. No las pascuas que piden los muchachos de los camiones recolectores de basura o los chicos de calle y en calle en las grandes ciudades; esas son otras "pascuas".
Esta pascua es el evento, la efeméride cúspide de la fe cristiana. Más quizá para el llamado cristiano católico que para el protestante; aunque éste último sin hacer mucho ruido disfruta, aprecia y valora (a su discreta manera) las representaciones que el catolicismo hace con sus procesiones, llenas de color, drama y sentimiento representando la pasión de Cristo.
A lo anterior debemos agregar que los evangélicos han (en el afán de tomar distancia de las costumbres apostólico-romanas) perdido terreno en la conmemoración de esta celebración, fundamental en su creencia y fe.
La mayoría de iglesias evangélicas reducen en número sus reuniones de esta semana o acortan el tiempo del tradicianal culto dominical. Poco a poco la orientación vacacionista del período les ha ido forzando ha ceder terreno y acomodarse a la demanda de las mayorías.
Sin embargo la idea no es hablar de playas, asuetos o diferencias religiosas. La idea es más bien recordar lo que la pascua es. Pascua es UN PASO, UN SALTO.
Para los judíos de la esclavitud de Egipto a la libertad. Para los cristianos el paso de muerte a vida del Señor Jesús. Esta acción se convierte en una gran metáfora que da sentido a nuestra fe. Recordamos, por tanto, la parte más significativa y representativa de la fe cristiana. El sentido real de la muerte que Dios nos enseña.
Decimos metáfora porque es la comprensión de que hay un paso después de la muerte. Que no todo termina después de nuestro último suspiro, (lo siento S. Hawking) que hay un PASO más. Una PASCUA a la eternidad.
No solo hemos de recordar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, o revivir la crueldad (desmedida) de La Pasión "Gibsoniana" (Mel Gibson)... Es más significativo que comprendamos que después de que Cristo resucita todo adquiere un sentido. Un sentido eterno. Lo que hoy representa muerte, puede ser vencido y se transforma en una esperanza de vida. De vida eterna, Si. Pero además de vida plena. Es una pascua que debemos celebrar en todos los escenarios.
No es el final de la semana santa, no es una efeméride efervescente (comercial y consumista) más como el día de la madre, san valentín o año nuevo; es el acontecimiento más trascendental para el ser humano, donde se logra ver que la vida no termina con la muerte, que solo es UN PASO hacia un momento superior. Que el caos actual, la muerte que padece la sociedad de nuestro tiempo, es un paso hacia algo mejor... Lo que fue muerto, resucita pero no resucita igual, No. ¡Resucita en una condición superior! La escritura lo avala: «Si el grano de trigo cae en la tierra y no muere, se queda solo, pero si muere, dará mucho fruto», dijo el Maestro.
En nuestra metáfora morir, por tanto, se hace necesario.
La pascua no fue ayer. Es hoy, es mañana, es para siempre. La pascua es la eternidad, es la esperanza, es la confianza en lo que viene, es el descanso.
¡Celebrémosla Siempre!